Los radares en cascada son ya una realidad en las carreteras españolas. Su función principal es evitar que los conductores frenen hasta, una vez pasado el radar fijo, volver a acelerar y continuar la marcha a una velocidad excesiva sobre el límite.
- Si frena antes de llegar al radar, pero vuelve a acelerar después, no podrá evitar la sanción.
- El radar en cascada capta a los conductores que exceden la velocidad después de haber pasado el velocímetro.
- Un frenazo brusco o sin fundamento puede suponer una multa de la DGT.
Cuando estamos en la carretera, no sólo utilizamos nuestros sentidos para conducir con seguridad, sino que también estamos atentos a los radares de tráfico para ayudarnos a limitar nuestra velocidad en caso de que aceleremos más de lo debido y acabemos con una multa o con la retirada de puntos del carné. Sin embargo, como no es posible percatarse absolutamente de todo, a menudo terminamos frenando muy próximos a donde está el radar, lo que haría posible que nos pillen y, muy posiblemente, nos multen.
¿Qué es un radar en cascada?
Básicamente consisten en un tándem de dos detectores: un radar fijo convencional, visible fácilmente; y otro radar a los 2 kilómetros del primero, que está absolutamente oculto y sin indicación. Su función es evitar la repentina aceleración de los conductores una vez pasado el radar señalizado.
Radares de velocidad en cascada: Cómo atrapar a los infractores
Así pues, aunque llegues al radar a una velocidad razonable, ¿cómo te pillan? El radar en cascada es un método desarrollado por la DGT para eliminar la mala costumbre que tienen muchos conductores de llegar al radar, frenar y volver a acelerar. El sistema funciona simplemente colocando un cinemómetro móvil a unos metros del radar de velocidad fijo, de modo que un segundo cazador se percata del aumento de velocidad y de la infracción tras frenar.
Esto ocurre con los radares fijos y con otros radares de velocidad, y aunque sepas dónde están algunos de ellos, te pueden pillar otros radares móviles. Para ello, algunos conductores pueden ser alertados de que hay uno cerca para reducir la velocidad. Por lo que finalmente puede tener un detector de radar en el coche por el hecho de que su ubicación es pública. Pero cuidado, es ilegal tener un detector o inhibidor de radares.
Además, la Dirección General de Tráfico es clara: si te pillan con un inhibidor, podrías exponerte a una multa que ascendería hasta los 6.000 euros y se te retirarían seis puntos del carné. Mientras que con un detector, son 200 euros y se te retirarán tres puntos. Este año se han instalado 75 nuevos radares, tanto fijos como móviles, y 28 drones en las carreteras tradicionales y en los pasos a nivel para localizar mejor a cualquier infractor. Queda claro que lo más aconsejable es no violar la normativa y respetar los límites de velocidad.
Frenos infundados, motivos de multa
Sin embargo, es importante tener en cuenta que ser sorprendido por un radar en cascada no es el único motivo de una multa. El simple hecho de frenar bruscamente ante la aparición de un radar de velocidad también puede ser motivo de multa. Por lo tanto, es aconsejable conducir por debajo del límite de velocidad máxima en todo momento.
En cualquier caso, el frenado injustificado mientras se conduce no se considera un intento de engañar al radar, sino un acto peligroso que provoca un accidente y pone en peligro a otros conductores. Como tal, puede suponer una fuerte multa. Así que si quieres conservar tu dinero y tus puntos, mantén una velocidad moderada y deja de exceder la velocidad, de frenar y de acelerar.